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2 de mayo de 2025

Día del Trabajador: Historias de quienes contribuyen a la construcción de viviendas que también habitarán en el futuro

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• Con historias de vida diferentes y responsabilidades, también distintas, dos trabajadores de la obra San Francisco y San Esteban de Los Ángeles, igual figuran como beneficiarios del proyecto ejecutado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu). Ya cuentan los días para que se concrete el anhelado sueño de la casa propia, el mismo que comparten junto a otras 363 familias de la provincia del Biobío.

Concepción, abril-mayo de 2025. Juan Neira tiene 56 años y cuarenta de ellos ha sido parte de una empresa constructora. Siempre adecuándose a lo que le sea solicitado, el trabajador es jornalero en el proyecto San Francisco y San Esteban emplazado en la comuna de Los Ángeles. Su colega en la obra, Luis Velásquez, es carpintero y cuenta 44 años. El primero, tras un lamentable episodio en su vida, ha debido criar a sus tres hijos solo; el segundo, está casado y no tiene hijos. El conjunto habitacional donde desarrollan su trabajo pareciera ser la única característica común, pero no, ambos serán también beneficiarios de una de las 365 viviendas del proyecto que desarrolla el Ministerio de Vivienda y Urbanismo en Biobío.

No se trata de un hecho habitual, por ello, este 1 de mayo, Día del Trabajador, será especial para Neira y Velásquez: este 2025 será el último sin casa propia y son testigos privilegiados de ese proceso. “He sufrido mucho con mis hijos y sigo saliendo adelante por ellos. Hice de papá y de mamá, así que aquí estoy contento con mi casita, gracias a Dios”, relató Neira, al mencionar a sus hijos de 25, 22 y 14 años, respectivamente.

“Yo trabajaba en otra área, igual construcción. Con el tiempo, junto a mi señora, postulamos a diversos comités y algunos no funcionaban. Decidimos apostar por este comité (…) Cuando supe que iban a ser las casas acá, empecé a postular para trabajar y también poder ser parte de lo que se está construyendo. Costó entrar un poquito, pero entramos y gracias a Dios ya llevamos un año y un mes trabajando acá y siendo partícipe de la construcción de la vivienda”, contó Velásquez, quien, junto a su esposa, venían reuniendo dinero desde los tiempos de pandemia para poder postular a un beneficio del Minvu.

Juan Neira, por su parte, se decidió a postular a una vivienda, cuando su hijo de 14 años, cumplía cinco. “Gracias a Dios los jefes tienen buena voluntad y me pudieron dar una manito. Ellos sabían de mis problemas y ahora estoy contento, porque voy a recibir mi casita y ya no andaré sufriendo con mis hijos”, comentó, mientras recordaba los tiempos en que debía tomar una pala y una picota para trabajar.

La seremi de Vivienda y Urbanismo, Claudia Toledo Alarcón, valoró y destacó los ejemplos de Neira y Velásquez, pues simbolizan el trabajo que se realiza diariamente, no solo en el ministerio, sino también en las empresas constructoras, para cumplir con las metas autoimpuestas. “Cuando se habla del Plan de Emergencia Habitacional se suele hablar de las metas y los estados de avances, lo que está bien, considerando el desafío que implica bajar las cifras de déficit habitacional en nuestro país. Pero, también creemos importante, en particular en estas fechas, tomarse el tiempo y destacar el trabajo anónimo que realiza cada trabajador por mejorar de la calidad de vida de las personas”, enfatizó.

El proyecto San Francisco y San Esteban, parte del Plan de Emergencia Habitacional, beneficiará a 365 familias provenientes del sector urbano y rural de Los Ángeles (La nona, camino a la Laja, camino a Mulchén, San Carlos Purén o Las Trancas) y se espera esté finalizado durante el primer trimestre de 2026.